Este es un editorial que refleja ideales e instituciones estadounidenses.
El 22 de marzo es el Día Mundial del Agua. Es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia del agua potable y las implicaciones de la escasez de agua.
Cada persona necesita al menos 20 litros de agua limpia al día para beber, cocinar, limpieza e higiene. Sin embargo, en la actualidad, unos 2.000 millones de personas a escala global carecen de acceso a agua potable.
Por lo tanto, no sorprende que la escasez de agua o la falta de acceso a una fuente confiable de agua potable sea elemento esencial de la seguridad nacional.
La inseguridad hídrica puede provocar inestabilidad. La escasez de agua puede disminuir la producción de alimentos y generar un declive económico que, a su vez, pueda conducir a una migración masiva. La falta de acceso confiable al agua puede causar, y causa, disputas regionales, incluso conflictos armados. En el pasado, la amenaza de cortar el suministro de agua ha sido utilizada para obtener concesiones o pagos, mientras que la destrucción de fuentes e infraestructuras de agua ha sido utilizada como arma de guerra.
La interrupción o destrucción de los servicios hídricos a causa de un conflicto armado puede generar consecuencias humanitarias graves y de gran alcance. Esto se debe a que los servicios de agua están interconectados. No se refieren sólo al suministro de agua y el saneamiento, sino que también involucran la disponibilidad, el mantenimiento y la reparación de los sistemas de agua e incluyen al personal que debe mantener estos sistemas en funcionamiento, independientemente de disturbios nacionales o internacionales.
Por eso la campaña del Día Mundial del Agua de este año se llama “Agua para la Paz”.
A escala global, unos 3 mil millones de personas dependen del agua que cruza las fronteras nacionales. Sin embargo, sólo 24 países tienen acuerdos de cooperación para el agua que comparten.
Sin embargo, a medida que aumentan los impactos del cambio climático, el crecimiento demográfico y la contaminación, también aumenta la necesidad de cooperación transnacional para proteger, conservar y compartir equitativamente este preciado recurso. La falta de acuerdos internacionales y de una gobernanza adecuada del agua puede exacerbar la competencia regional por el agua entre países y regiones.
Garantizar que las personas en todo el mundo tengan acceso a toda el agua potable que necesiten, donde la necesiten, cuando la necesiten, confiablemente y
de manera sostenible, requiere cooperación global.
“Toda persona debería tener el derecho y la capacidad de tener acceso a agua potable”, dijo la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, “y no debería importar dónde viva ni cuánto dinero gane ni cuánto dinero tenga en su bolsillo”.
Fue un editorial que refleja ideales e instituciones estadounidenses.