A continuación, un editorial que refleja opiniones del gobierno de Estados Unidos.
El 31 de octubre de 2000 Naciones Unidas adoptó la Resolución 1325, la cual exhorta a los estados miembros a reconocer y hacerle frente al impacto desproporcionado y particular de los conflictos armados en las mujeres y niñas.
La resolución dejó clara la necesidad de adoptar una perspectiva de género respecto a los efectos desproporcionados del conflicto y sus secuelas en mujeres y niñas, como la prevención y respuesta a la violencia sexual y de género relacionada con el conflicto, la repatriación y el reasentamiento, así como la reconstrucción posconflicto y la necesidad de incluir de manera significativa a mujeres y niñas en el diseño y propuesta de soluciones sensitivas al género.
Hoy, veintidós años después de la adopción de la Resolución 1325, las mujeres siguen siendo excluidas de los procesos de toma de decisiones en materia de paz y seguridad, lo que a su vez las hace más vulnerables a índices desproporcionados de violencia, represión selectiva y exclusión de la reconstrucción, la reintegración y las decisiones de reconstrucción post-conflicto.
“Vemos estos mismos patrones en todo el mundo y especialmente en áreas impactadas por conflictos”, dijo la Embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, en el debate abierto anual del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Mujeres, Paz y Seguridad.
“En este momento enfrentamos un momento crucial para la Agenda de Mujer, Paz y Seguridad. En todo el mundo, los conflictos y los regímenes represivos amenazan a mujeres y niñas. Bajo la amenaza del clima y bajo la amenaza de la pobreza. Los riesgos han aumentado, como la amenaza de secuestro, tortura, asesinato y violencia de género. Las mujeres líderes, defensoras de los derechos humanos y activistas son objeto de amenazas, acoso y abusos en línea. A menudo son particularmente blanco de campañas de desinformación diseñadas para intimidar, desacreditar y silenciar sus llamados a la paz”.
“La Agenda de Mujeres, Paz y Seguridad, como describe la Resolución 1325, ofrece una visión transformadora. Un mundo donde mujeres y niñas estén protegidas, incluidas, y desempeñen un papel esencial para forjar la paz”, dijo la embajadora Thomas Greenfield. “Nuestra tarea es hacer realidad esta visión. No solo en palabras sino en hechos y acciones”.
“Debemos promover el liderazgo de las mujeres, ya sea en sus aldeas, en sus capitales o en el escenario internacional, como las cinco mujeres miembros de este Consejo de Seguridad aquí promovemos y las muchas otras mujeres en esta sala hoy”.
“Necesitamos aprovechar este momento crítico para unirnos como comunidad global no solo para vestirnos de rosado hoy como señal de nuestro apoyo, sino para alzar nuestras voces; alzar nuestras voces para exigir el cambio que sabemos que las mujeres de este mundo necesitan”, dijo la Embajadora Thomas-Greenfield.
“Tenemos que hacerlo por las niñas y las mujeres y por la paz y la seguridad que traerán al mundo, pero también la paz y la seguridad que necesitan del mundo”.
Fue un editorial que refleja puntos de vista del gobierno de Estados Unidos.