A continuación, un editorial que refleja las opiniones del gobierno de los Estados Unidos.
Poco después de la Segunda Guerra Mundial, las naciones más poderosas del mundo reconocieron que el éxito de otras naciones era fundamental para el suyo.
Así que, como miembros de las recién creadas Naciones Unidas, ‘adoptaron un conjunto de principios para prevenir conflictos y aliviar el sufrimiento humano; reconocer y defender los derechos humanos; fomentar un diálogo continuo para mantener y mejorar un sistema destinado a beneficiar a todos los pueblos’, dijo el secretario de Estado Antony Blinken en un discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU el 7 de mayo.
Sin embargo, ‘ahora, algunos cuestionan si la cooperación multilateral aún es posible’, dijo el secretario Blinken. No obstante, ‘el multilateralismo sigue siendo nuestra mejor herramienta para hacerle frente los grandes desafíos mundiales’.
Pero para que el sistema funcione, todos los países deben respetarlo y hacer el esfuerzo para que tenga éxito.
‘Hay tres formas en que podemos hacer eso’, indicó Blinken.
‘Primero, todos los miembros deben cumplir sus compromisos, particularmente los legalmente vinculantes. Eso incluye la Carta de la ONU, los tratados y convenciones, las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, el derecho internacional humanitario y las reglas y estándares acordados bajo los auspicios de la Organización Mundial del Comercio y numerosas organizaciones internacionales que establecen estándares’. FIN SONIDO
En segundo lugar, los derechos humanos y la dignidad deben permanecer en el centro del orden internacional.
En tercer lugar, todas las naciones deben reconocer que las Naciones Unidas se basan en el principio de la igualdad soberana de sus países miembros.
‘Un estado no respeta ese principio cuando pretende volver a trazar las fronteras de otro; o busca resolver disputas territoriales usando o amenazando con la fuerza; o cuando un estado afirma que tiene derecho a una esfera de influencia para dictar o coaccionar las selecciones y decisiones de otro país. Y un estado muestra desprecio por ese principio cuando busca atacar a otro con desinformación o corrupción a escala de armas, socava las elecciones libres y justas y las instituciones democráticas de otros países, o persigue a periodistas o disidentes en el extranjero’.
Finalmente, ‘no es suficiente simplemente defender el orden basado en reglas que tenemos ahora. Debemos mejorarlo y aprovecharlo’.
‘En la fundación de las Naciones Unidas, el entonces presidente Harry Truman dijo: ‘esta Constitución no fue la labor de una sola nación o grupo de naciones, grandes o pequeñas. Fue el resultado de un espíritu de intercambio, de tolerancia por las opiniones e intereses de otros’, dijo el secretario Blinken.
‘Fue prueba de que las naciones pueden expresar sus diferencias, hacerles frente y encontrar un terreno común en el cual erigirse’.
Fue un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.