A continuación, un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.
Guatemala, Honduras y El Salvador enfrentan los retos de la violencia, la corrupción y un crecimiento económico limitado, que están fomentando la migración irregular desde estos países a Estados Unidos.
Además, los tres están ubicados en lo que se conoce como el ‘corredor seco’, una región de bosque árido tropical en la costa del Pacífico de América Central que es extremadamente vulnerable al cambio climático. En noviembre pasado, Guatemala y Honduras fueron golpeados por dos poderosos huracanes, Eta e Iota, de manera consecutiva.
Estos eventos generaron pérdidas catastróficas para millones de familias y devastación en el sector agrícola, particularmente en la agricultura a pequeña escala y de subsistencia, aumentando drásticamente la inseguridad alimenticia.
USAID está proporcionando aproximadamente $ 112 millones de dólares en ayuda humanitaria salvavidas para asistencia alimenticia de emergencia, servicios de nutrición, agua potable, refugio, programas de generación de
ingreso y esfuerzos de reducción de riesgo de desastres en los tres países.
Adicionalmente, entre los años fiscales 2018 y 2020, la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado proporcionó $ 248 millones de dólares en ayuda humanitaria a la respuesta de México y Centroamérica para atender las necesidades de refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos o IDPs, por sus siglas en inglés, y migrantes vulnerables, incluyendo la respuesta al COVID-19 en el año fiscal 2020.
De esta cifra, casi $ 85 millones de dólares apoyan actividades en El Salvador, Guatemala y Honduras.
Además, USAID ha enviado un Equipo de Respuesta de Ayuda en casos de Desastre, o DART, en la región. Este
equipo élite de expertos evaluará los daños, identificará las necesidades prioritarias, coordinará con socios y funcionarios locales, y proveerá ayuda urgentemente necesaria a las familias y comunidades afectadas por la crisis en estos países.
La asistencia humanitaria provista por el gobierno de Estados Unidos, a través de USAID y el Departamento de Estado, es adicional para robustecer los robustos programas de Estados Unidos para el desarrollo de la región a largo plazo.
Dichos programas están diseñados para hacerle frente a las causas principales de la migración irregular y el desplazamiento forzado en El Salvador, Guatemala y Honduras.
Como parte de estos programas, USAID trabaja con los gobiernos, la sociedad civil
y el sector privado de la región para mejorar las oportunidades económicas, fortalecer la gobernanza y la seguridad, y construir una mayor resiliencia al cambio climático.
Ayudar a los necesitados es un valor fundamental de Estados Unidos, y Estados Unidos continúa comprometido a ayudar a los pueblos de Guatemala, Honduras y El Salvador a mejorar sus condiciones para que puedan construir sus vidas con confianza en sus países.
Fue un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.