A continuación, un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, está liderando la respuesta de Estados Unidos a los huracanes consecutivos en América Central. El Equipo de Respuesta de Asistencia para Desastres de USAID está trabajando junto al ejército de EE.UU. para ayudar a las víctimas de las devastadoras tormentas.
Los huracanes Eta e Iota azotaron la región el 3 y 16 de noviembre, dando muerte a un total reportado de 189 personas e impactando a más de 6 millones en Colombia, Panamá, Nicaragua, Guatemala y Honduras.
Alison Lapp es gerente de respuesta del Equipo de Gestión de Respuesta a Huracanes de América Latina y el Caribe en USAID:
“En algunos lugares la inundación llegó hasta al nivel del cuello o más. Y así, como resultado, decenas de miles de personas tuvieron que huir de sus hogares hacia centros de evacuación colectiva”.
Esos centros de evacuación son los lugares donde el equipo de USAID se está enfocando en “actividades para salvar vidas”, que incluyen el suministro de alimentos y agua potable, así como otras necesidades básicas.
“USAID ha estado proporcionando, por ejemplo, colchones, mantas y kits de higiene en esos refugios para hacer la vida allí más manejable. También hemos financiado la instalación de instalaciones sanitarias y duchas para ayudar nuevamente a satisfacer las necesidades básicas de estas personas”.
El gobierno de Estados Unidos ha asignado cerca de $ 48 millones de dólares para ayudar a las poblaciones vulnerables afectadas por los huracanes en América Latina. En apoyo a la respuesta de USAID, los militares de Estados Unidos entregaron 1,2 millones de libras de alimentos, agua y otros suministros de socorro, críticos para las áreas de difícil acceso que más lo necesitaban.
Los fondos de programas de respuesta COVID-19 existentes se están utilizando para ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad en las instalaciones de evacuación.
Todo esto se basa en años de esfuerzos de USAID para fortalecer la capacidad local de respuesta a desastres, mejorar los sistemas de alertas tempranas, enseñar preparación para desastres a niños de la escuela primaria, desarrollar planes de acción comunitarios y capacitar a los socorristas.
A largo plazo, la ayuda actual también sentará las bases para que las personas regresen a sus comunidades y ayuden a iniciar esfuerzos de recuperación temprana.
“Los programas que implementamos continuarán hasta por 12 meses. A partir de ahí, pasamos a nuestros colegas de desarrollo de USAID en las misiones en cada uno de estos países, quienes trabajarán en la reconstrucción y luego volverán al desarrollo a largo plazo en apoyo de estos países”. FIN SONIDO
“Esta es solo la generosidad del pueblo estadounidense en exhibición”, dijo Lapp, “desde el corazón del pueblo estadounidense directamente a los más afectados por los desastres”.
Fue un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.