A continuación, un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.
El presidente Joe Biden y los líderes del grupo de democracias conocido como G7 declararon su compromiso de abordar el trabajo forzoso en las cadenas de suministro globales, las amenazas cibernéticas y la corrupción.
Estados Unidos y sus socios del G7 siguen profundamente preocupados por el uso de todas las formas de trabajo forzoso en las cadenas de suministro mundiales, incluido el trabajo forzoso, patrocinado por el estado, de grupos vulnerables, como los uigures y otros grupos minoritarios étnicos y religiosos en Xinjiang, China.
Los sectores agrícola, solar y de la confección son las principales cadenas de suministro que preocupan en Xinjiang. Los líderes coincidieron en la importancia de defender los derechos humanos y se comprometieron a proteger a las personas del trabajo forzoso.
También, los países del G7 se han comprometido a abordar conjuntamente la amenaza de las redes cibernéticas delictivas. Ha habido importantes intrusiones cibernéticas que han afectado a la infraestructura crítica de muchos miembros del G7 y de otras naciones, empresas de fabricación y electrónica y hospitales. Las empresas transnacionales cibercriminales aprovechan la infraestructura, la moneda virtual y las redes de lavado de dinero, y atacan a víctimas en todo el mundo. Los gobiernos y el sector privado deben trabajar juntos para garantizar que la infraestructura crítica sea resistente a esta amenaza.
Adicionalmente, la actividad cibernética maliciosa debe investigarse y procesarse, y deben construirse defensas cibernéticas colectivas. Los países individuales también deben abordar la actividad delictiva que tenga lugar dentro de sus fronteras.
El G7 también acordó emprender acciones colectivas para combatir la corrupción. El presidente Biden declaró recientemente los esfuerzos para frenar la corrupción como un interés nacional central de los EE.UU. y emitió un Memorando de Estudio de Seguridad Nacional sobre la Lucha contra la Corrupción para elevar este trabajo vital.
La corrupción corroe la confianza pública; hace que el gobierno sea menos eficaz; desperdicia recursos públicos; y acaba con los cimientos de las sociedades democráticas. Además, la corrupción tiene un costo enorme en las economías y es fundamentalmente injusta para los ciudadanos.
Junto a sus socios del G7, Estados Unidos abordará el uso indebido de empresas ficticias, limitará la capacidad de malos actores para lavar dinero sucio en la compra de bienes raíces, mejorará el intercambio de información relacionada con la corrupción y reformará la asistencia extranjera para centrarse en la lucha contra la corrupción como una prioridad. Estados Unidos acoge con satisfacción el compromiso del G7 de emprender acciones colectivas para combatir la corrupción.
Como dijo el presidente Biden, ‘Estados Unidos está de vuelta en la tarea de liderar el mundo junto a naciones que comparten nuestros valores más arraigados’.
Fue un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.