A continuación, un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.
La cocaína es una droga recreativa popular pero ilícita y peligrosa. Es altamente adictiva y destructiva para el usuario, e inmensamente rentable para las organizaciones criminales que la fabrican, transportan y venden.
La cocaína se produce a partir de hojas de coca en regiones de América del Sur donde la coca ha sido utilizada por las poblaciones nativas durante siglos. Casi el 70 por ciento de la cocaína producida a escala mundial proviene de Colombia. Gran parte de la cosecha de coca se produce en partes remotas del país donde el gobierno tiene menos influencia y la pobreza es endémica.
A fines de septiembre, funcionarios de los gobiernos de Estados Unidos y Colombia discutieron la modernización y reorientación de los esfuerzos antinarcóticos en Colombia.
Las delegaciones de Estados Unidos y Colombia acordaron un marco amplio para una nueva estrategia antinarcóticos integral y bilateral. La discusión sobre un nuevo marco se centró en tres pilares: reducción integrada de la oferta de cocaína, seguridad y desarrollo rural integral y
protección ambiental. La estrategia es centrarse en el campo de Colombia, las regiones de difícil acceso donde el poder del gobierno es débil y dominan las organizaciones criminales.
Con la asistencia de Estados Unidos, el Gobierno de Colombia promoverá la estabilidad en las áreas rurales, establecerá una presencia y servicios gubernamentales nacionales efectivos y sostenibles, acelerará el desarrollo rural integral, fortalecerá la seguridad ciudadana, garantizará la protección de los derechos humanos y fortalecerá el estado de derecho.
Al mismo tiempo, el gobierno colombiano trabajará para romper las cadenas de suministro del narcotráfico, sostener la erradicación de la coca, parar la producción de cocaína al interrumpir la importación de productos químicos utilizados en su
fabricación, y aumentar las intercepciones de cargamentos de drogas.
Para reducir el lavado de dinero y fortalecer el decomiso de bienes, las dos partes también acordaron enfocarse en reducir las transacciones ilícitas en efectivo, mientras se concentran en el arresto, enjuiciamiento y extradición de traficantes y sus facilitadores, y fortaleciendo el sistema judicial de Colombia.
El gobierno colombiano continuará erradicando los cultivos de coca y buscará mantener estos avances e impedir que los agricultores vuelvan a sembrar. Para ayudar a los agricultores en la transición del cultivo de coca, el gobierno colombiano aumentará las inversiones en las regiones de cultivo de coca, incluyendo la creación de nuevas oportunidades legales y la mejora de carreteras e infraestructura productiva para contribuir al desarrollo rural. El objetivo principal de la nueva
estrategia es transformar las áreas rurales, haciendo énfasis en una cultura de legalidad, economías transparentes y el avance de la transición hacia la paz en la Colombia rural.
Colombia y Estados Unidos reconocen que problemas complejos, como el narcotráfico, son una responsabilidad compartida que requieren soluciones a largo plazo y una respuesta política integral y sostenida.
Fue un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.