A continuación, un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.
El 6 de diciembre, el régimen ilegítimo de Nicolás Maduro en Venezuela fue protagonista de una farsa política que se hizo pasar por elecciones legislativas.
“Afortunadamente, pocos fueron engañados”, declaró el secretario de Estado Mike Pompeo, en un comunicado. Estados Unidos, junto a decenas de otras democracias en todo el mundo, condena esta parodia que no cumplió ningún estándar mínimo de credibilidad.
“Maduro manipuló abiertamente estas elecciones, a su favor, mediante la apropiación ilegal de los nombres y logotipos de las boletas de los partidos políticos, la manipulación del proceso por parte de su leal consejo electoral, violencia e intimidación y otras tácticas no democráticas”, dijo el secretario Pompeo.
Además, unos 60 países y organizaciones de todo el mundo, incluyendo Estados Unidos, la Unión Europea, la Organización de los Estados Americanos, el Grupo de Lima y el Grupo Internacional de Contacto, no aceptan como legítimos los resultados de las elecciones.
“Esta farsa”, dijo el secretario Pompeo, “no fue nada más que un intento de instalar una Asamblea Nacional cómplice y marioneta, que responde solo a Maduro, mientras destruye la única institución democrática restante en el país, que verdaderamente representa del pueblo venezolano”.
Esta farsa electoral ocurre en momentos en que el régimen ilegítimo de Nicolás Maduro sistemáticamente asesina, tortura y encarcela a sus oponentes, que las Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos y otros observadores independientes han dejado al descubierto en informes recientes. Antes de las elecciones fraudulentas, el régimen también intensificó su acoso a los trabajadores humanitarios y amenazó los programas de distribución de alimentos. “Un régimen tan brutal e insensible es incapaz de realizar elecciones libres y justas”, declaró el secretario Pompeo.
Estados Unidos continuará reconociendo al presidente interino Juan Guaidó y a la legítima Asamblea Nacional. La comunidad internacional no puede permitir que Maduro, que está en el poder porque robó las elecciones de 2018, se beneficie de robar una segunda elección.
Estados Unidos exhorta a todos los países comprometidos con la democracia a que, de ahora en adelante, se unan en la condena de la farsa electoral del 6 de diciembre y apoyen a la legítima Asamblea Nacional y al presidente interino. Ni Maduro ni una Asamblea Nacional elegida de manera fraudulenta representarán la voz legítima del pueblo venezolano. Solo se puede expresar mediante elecciones presidenciales libres y justas.
Fue un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.