A continuación, un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.
La Administración Biden-Harris está comprometida a fortalecer el compromiso de Estados Unidos con el hemisferio occidental como nunca antes, adoptando una política exterior basada en valores compartidos.
Es parte de la visión del presidente Joe Biden de una región saludable, segura, clase media, y democrática.
La administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, Samantha Power, dijo: “Estamos listos para ayudar a los países de las Américas a fortalecer la democracia, combatir la corrupción y establecer la buena gobernanza básica para atraer esa inversión privada, brindar servicios y crear las oportunidades que la juventud busca y merece".
En Centroamérica, el presidente Biden se ha comprometido a invertir $ 4 mil millones en los próximos cuatro años para expandir la prosperidad económica, fortalecer la gobernanza y combatir la corrupción en Honduras, El Salvador y Guatemala.
El presidente Biden es el primer presidente de Estados Unidos en emitir un
memorando que identifica la lucha contra la corrupción como una prioridad de seguridad nacional.
USAID, por primera vez, ha creado un Grupo de Trabajo Anticorrupción para apoyar a investigadores y reformistas que trabajan para exponer actores corruptos y desmantelar los sistemas que los promueven.
Cuando los líderes muestran disposición de respetar los controles y equilibrios, y demuestran su compromiso de luchar contra la impunidad, como lo han hecho en Ecuador y República Dominicana, encontrarán en Estados Unidos un aliado muy fuerte.
Pero cuando los políticos socavan la lucha contra la corrupción o debilitan los mecanismos de control y equilibrio, Estados Unidos los hará rendir cuentas, como lo hizo recientemente cuando sancionó a la Fiscal General de Guatemala, Consuelo Porras, por su papel en la obstrucción de investigaciones de corrupción.
Como dijo la administradora Power, Estados Unidos está comprometido a construir alianzas transformadoras con el sector privado, que han hecho cosas notables, como vincular el sector privado, las pequeñas empresas y las fincas de Colombia con cadenas de suministro globales rentables.
En Colombia, las asociaciones de USAID con el sector financiero han permitido a los bancos locales movilizar más de mil millones de dólares desde 2015 en dinero comercial para promover el desarrollo económico en las áreas afectadas por los más de 50 años de guerra del país.
“Para enfrentar este momento”, dijo la Administradora Power, “debemos abrazar a los pueblos de América Latina y el Caribe como socios en la búsqueda de un hemisferio más igualitario y próspero”.
Fue un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.