"Imaginamos que el compromiso con China produciría un futuro con una brillante promesa de cortesía y cooperación", dijo el secretario de Estado Mike Pompeo.
Esa promesa resultó ser falsa. A lo largo de las décadas, una mayor prosperidad no produjo una mayor libertad en China ni cambió la amenaza de China en el extranjero. El Partido Comunista Chino violó los derechos humanos del pueblo chino. Reclamó más y más territorio en el Mar del sur de China.
Buscó intimidar a los amigos de Taiwán y aplastar al pueblo amante de libertad de Hong Kong. Hizo que las vías acuáticas clave del mundo fueran menos seguras para el comercio internacional. Y, como precio de admisión para hacer negocios en China, insistió en que las empresas occidentales transfirieran tecnología a potenciales rivales chinos y permanecieran en silencio ante las horrendas violaciones a los derechos humanos.
Mientras que Estados Unidos ‘abrió sus brazos a los ciudadanos chinos’, dijo el secretario Pompeo, el Partido Comunista Chino envió propagandistas y espías a conferencias de prensa, centros de investigación y universidades estadounidenses: ‘robó nuestra preciada propiedad intelectual y secretos comerciales, lo que causó millones de pérdidas de empleos en todo Estados Unidos’.
El Partido Comunista Chino debe cambiar, declaró. Debe comenzar a abrazar los objetivos que el presidente Donald Trump ha establecido de equidad y reciprocidad.
‘También debemos involucrar y empoderar al pueblo chino, un pueblo dinámico, amante de la libertad que es completamente distinto del Partido Comunista Chino’.
"Durante demasiadas décadas, nuestros líderes han ignorado y restado importancia a las palabras de valientes disidentes chinos que nos advirtieron sobre la naturaleza del régimen que estamos encarando. Y ya no podemos ignorarlo más"
‘Pero cambiar la conducta del Partido Comunista chino no puede ser únicamente misión del pueblo chino’, dijo el secretario Pompeo. ‘Las naciones libres tienen que trabajar para defender la libertad’.
"Hago un llamado a los líderes de cada nación para que comiencen a hacer lo que Estados Unidos ha hecho. Simplemente insistir en la reciprocidad, insistir en la transparencia y rendición de cuentas del Partido Comunista Chino. Durante demasiado tiempo dejamos que el PCC estableciera los términos de la participación, pero no más. Las naciones libres deben marcar el tono. Debemos operar sobre los mismos principios"
‘Si no actuamos ahora’, dijo el secretario Pompeo, ‘en última instancia, el PCC erosionará nuestras libertades y subvertirá el orden basado en reglas que a nuestras sociedades les ha costado tanto construir. Velar por nuestras libertades, del Partido Comunista Chino, es la misión de nuestro tiempo’.
Este fue un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.