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Informe Caminando por la tierra con seguridad 2022


A continuación, un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.

Las repercusiones de un conflicto armado, sin importar su duración o extensión, pueden seguir durante décadas. Los restos explosivos de guerra representan un peligro mortal para la gente incluso durante las actividades diarias.

Son una amenaza para el ganado y limitan la producción agrícola. Al mismo tiempo, las armas pequeñas, las armas ligeras y las municiones mal aseguradas pueden terminar fácilmente en manos de delincuentes y aumentar las posibilidades de un aumento de la criminalidad. El resultado es la inestabilidad regional y un obstáculo a la prosperidad.

“Estados Unidos es el mayor patrocinador financiero del mundo en la destrucción de armas convencionales”, dijo la subsecretaria del Departamento de Estado para el Control de Armas y Seguridad Internacional, Bonnie Jenkins. “Solo en 2021, Estados Unidos financió con más de $265 millones la destrucción de armas convencionales en 62 países. Con esta financiación, nuestros programas de destrucción de armas convencionales han logrado mucho. Por ejemplo, devolvieron más de 140 millones de metros cuadrados de tierra para uso seguro y productivo en todo el mundo”.

Muchos de estos logros se destacan en el vigésimo primer informe anual Caminando por la Tierra con Seguridad, publicado el 4 de abril por la Oficina del Departamento de Estado para la Eliminación y Reducción de Armas en el buró de Asuntos Políticos y Militares.

“Donde los agricultores locales arriesgaron potencialmente sus vidas cada vez que visitaban sus campos, ahora muchos pueden disfrutar de sus cosechas de banano, merey, café y arroz, así como también mejorar el pastoreo de ganado y acceso al agua gracias a que el apoyo de EE. UU. ayudó a inspeccionar y eliminar minas terrestres y restos explosivos de guerra de manera segura”, dijo la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos y Militares, Jessica Lewis, en su introducción del informe de este año. Los programas financiados por Estados Unidos “han ayudado a aumentar la producción agrícola en Angola y la República Democrática del Congo, promovieron esfuerzos de seguridad alimentaria en Zimbabwe y mejoraron el desarrollo socioeconómico en Colombia”.

En América Latina y el Caribe, la asistencia de EE. UU. dificulta que los narcotraficantes, las bandas criminales y los terroristas obtengan armas de arsenales mal asegurados.

El apoyo de EE. UU. ayuda a los países del sur y centro de Asia a asegurar las reservas de armas y municiones, promoviendo así la paz y la seguridad, y fortaleciendo los lazos económicos en la región.

Y en Irak, Líbano y Libia, Estados Unidos está financiando operaciones de inspección, mercado y limpieza de explosivos colocados por ISIS, para que las familias desplazadas puedan regresar a sus hogares.

La destrucción de armas convencionales continúa siendo una inversión importante en la estabilidad, la seguridad y la oportunidad económica regional. Estados Unidos está comprometido a hacer que las comunidades que han pasado por un conflicto sean más seguras y preparar el escenario para su recuperación y desarrollo.

Fue un editorial que refleja los puntos de vista del gobierno de Estados Unidos.

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