A continuación, un editorial que refleja opiniones del gobierno de Estados Unidos.
Estados Unidos impuso restricciones de visa a más de 500 nicaragüenses y sus familiares. “Lo hacemos de conformidad con la Proclamación Presidencial 10309”, anunció el Secretario de Estado Antony Blinken, la cual suspende la entrada a Estados Unidos de miembros del gobierno de Nicaragua y otras personas que estén socavando el retorno a la democracia en Nicaragua.
Estos individuos incluyen miembros de los servicios de seguridad de Nicaragua, como la Policía Nacional de Nicaragua, funcionarios penitenciarios, jueces, fiscales, funcionarios de educación superior y actores no gubernamentales que permiten la represión y la corrupción del régimen, así como a sus familiares.
“Ningún miembro del gobierno de Nicaragua ni nadie que facilite las violaciones del régimen Ortega/Murillo debe creer que puede viajar libremente a Estados Unidos”, declaró el secretario Blinken en un comunicado.
La Casa Blanca también anunció sanciones ampliadas, incluidas medidas específicas relacionadas al comercio para Nicaragua. Estas nuevas autoridades apoyarán los esfuerzos de Estados Unidos para hacer que el régimen Ortega-Murillo rinda cuentas. La represión acelerada del régimen este año, cerrando el espacio para la sociedad civil, aumentando su cooperación de seguridad con Rusia y silenciando las voces independientes, obliga a Estados Unidos a actuar.
“Los gobiernos que niegan los derechos básicos de su pueblo o amenazan los intereses de seguridad de sus vecinos no deben esperar que sus relaciones políticas, económicas y comerciales no se vean impactadas”, dijo el secretario Blinken.
Además, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones a la Dirección General de Minas de Nicaragua, una oficina del Ministerio de Energía y Minas, y a Reinaldo Gregorio Lenin Cerna Juárez, hombre de confianza del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.
Estados Unidos, junto a sus aliados y socios, cree que es esencial el retorno a la democracia y el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales en Nicaragua.
El secretario Blinken enfatizó que “utilizaremos las herramientas diplomáticas y económicas disponibles para promover la rendición de cuentas del régimen Ortega Murillo, reiterar nuestro llamado a la liberación inmediata e incondicional de los presos políticos y urgir a la restauración del espacio cívico para el pueblo de Nicaragua”.
Fue un editorial que refleja puntos de vista del gobierno de Estados Unidos.