A continuación, un editorial que refleja opiniones del gobierno de Estados Unidos.
El 19 de agosto de 2003, un camión bomba suicida explotó en Bagdad, la capital de Irak. Veintidós personas murieron y más de 100 resultaron heridas en el ataque. La mayoría de los que perecieron participaban en labores humanitarias. En su honor, Naciones Unidas designó el 19 de agosto como Día Mundial de los Trabajadores Humanitarios.
“Naciones Unidas designó el 19 de agosto como un día para honrar el servicio y el sacrificio de los trabajadores humanitarios, incluidos aquellos que enfrentan amenazas y violencia, así como aquellos que han pagado el precio más alto”, dijo la administradora de USAID, Samantha Power, como parte de la conmemoración del año pasado. “Dondequiera que haya desastres naturales, conflictos violentos y otras crisis humanitarias que desgarren sociedades y pongan a prueba el espíritu humano, los trabajadores humanitarios están ahí para salvar vidas”.
Los trabajadores humanitarios se guían por los principios de humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia. Su objetivo general es ayudar a quienes más lo necesitan, yendo a lugares donde ha ocurrido un desastre para satisfacer las necesidades básicas de la vida.
“Los trabajadores humanitarios a veces ofrecen el único salvavidas para quienes sufren”, dijo Samantha Power. “En Ucrania, los trabajadores humanitarios de todo el mundo están facilitando el acceso a alimentos, agua y productos de higiene para los ucranianos que continúan refugiándose mientras las bombas alcanzan sus hogares y sus comunidades”.
Solo en 2021, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas identificó a 235 millones de personas en 34 países o regiones necesitadas. Año tras año, el número sigue creciendo.
El Cuerno de África está experimentando la peor sequía registrada. Los trabajadores de ayuda humanitaria están proporcionando alimentos, dinero en efectivo y asistencia médica a medida que no caen las lluvias estacionales, los cultivos y el ganado mueren y las fuentes de agua se secan.
En Yemen, donde continúa desarrollándose la mayor crisis humanitaria del mundo, unas 13 millones de personas dependen de los trabajadores humanitarios para recibir ayuda vital.
El trabajo humanitario es de vital importancia, pero también es peligroso. Solo el año pasado, 115 trabajadores humanitarios fueron asesinados, 139 resultaron heridos y 185 fueron secuestrados. Hoy, el lugar más peligroso para los trabajadores humanitarios es Sudán del Sur, seguido de Haití y Ucrania.
El 19 de agosto, “rendimos homenaje a los trabajadores humanitarios que laboran incansablemente en las circunstancias más difíciles, y rendimos homenaje especial a quienes sacrificaron sus vidas en el cumplimiento del deber”, dijo la administradora Power. “Reconocemos el tremendo servicio de los trabajadores humanitarios de USAID y nuestros muchos socios, y expresamos nuestra gratitud a los trabajadores humanitarios en todo el mundo por su valentía y dedicación”.
Fue un editorial que refleja puntos de vista del gobierno de Estados Unidos.
Rindiendo homenaje a los trabajadores humanitarios
