El siguiente un editorial refleja opiniones del gobierno de Estados Unidos.
A finales de abril se tomaron medidas positivas para sofocar la violencia y el caos en Haití, cuando el Consejo Presidencial de Transición tomó posesión en el Palacio Nacional de Puerto Príncipe.
El Subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, dijo que “la instalación del Consejo Presidencial de Transición es un paso muy importante en el camino de Haití hacia la gobernabilidad democrática, nuevas elecciones y una mayor seguridad”.
“Este grupo incluye un amplio consenso de la sociedad haitiana a favor de un nuevo camino a seguir. Es el resultado de meses de negociaciones entre un grupo muy amplio de partes interesadas y creo que es un momento muy, muy positivo”.
El Consejo se le asignó la tarea de nombrar un nuevo primer ministro, un gabinete y un consejo electoral que preparará al país para las elecciones generales de febrero de 2026.
La medida allana el camino para el despliegue en Haití de una fuerza multinacional de apoyo a la seguridad de las Naciones Unidas encabezada por Kenia para ayudar a la policía nacional de Haití a enfrentar la horrible violencia de las pandillas.
El subsecretario Nichols señaló que la fuerza de las pandillas haitianas lleva años creciendo.
“La sociedad haitiana no ha sido capaz de ofrecer a los jóvenes el tipo de oportunidades, empleos y educación que necesita. Al mismo tiempo, el Estado de Haití ha sido frágil durante muchos años. Con la salida de la misión de mantenimiento de la paz de la ONU, MINUSTAH, el perfil de seguridad en Haití comenzó a debilitarse y la violencia de las pandillas, que ha sido un problema significativo desde los años 1990, realmente comenzó a crecer. Después, con el asesinato del presidente Jovenel Moise en julio de 2021, vimos la debilidad del Estado realmente en claro relieve”.
El subsecretario Nichols dijo “esperamos que la mejora de la seguridad, con la presencia de la misión multinacional de apoyo a la seguridad y el fortalecimiento de la policía nacional haitiana, junto a una acción intensiva en términos de desarrollo económico, programas contra las pandillas y un reenfoque en la educación y los servicios en las áreas más vulnerables ayuden a enfrentar el problema inmediato de la delincuencia y, al mismo tiempo, evitar que más jóvenes entren en las pandillas”.
Estados Unidos es el mayor proveedor de asistencia a Haití, señaló el subsecretario Nichols. "Pero otros países y organizaciones internacionales también necesitan dar un paso adelante y ayudar", afirmó. "Esta es una responsabilidad global, no sólo de Estados Unidos".
Fue un editorial que refleja opiniones del gobierno de Estados Unidos.