A continuación, un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.
En enero, recordamos uno de los acontecimientos más oscuros en la historia de la humanidad- el Holocausto, la eliminación sistemática del pueblo judío por parte de la Alemania nazi y sus colaboracionistas.
Aunque se entiende que el Holocausto coincidió con los años de la Segunda Guerra Mundial, sus orígenes comenzaron antes. Ciertamente, los inicios del Holocausto se remontan a la década de 1930, cuando el Partido Nazi llegó al poder y el gobierno alemán comenzó a atacar a aquellos que consideraba inherentemente inferiores. Tales personas, en su mayoría civiles, eran detenidas, encerradas en guetos y deportadas a decenas de campos de concentración o de trabajo esclavizante.
Mucha gente fue asesinada a tiros y arrojada a fosas comunes. Para finales de 1941, varios campos comenzaron el proceso de asesinato a gran escala.
Posteriormente, el 20 de enero de 1942, en la denominada Conferencia de Wannsee, el liderazgo nazi decidió formalizar la puesta en práctica de la “Solución Final”: la aniquilación sistemática de un segmento específico de la población, como política de gobierno, una atrocidad perpetrada contra la población judía.
Fue parte de la Segunda Guerra Mundial, pero a la vez estuvo separada del esfuerzo bélico alemán. De hecho, la Solución Final frecuentemente prevalecía sobre el esfuerzo de guerra: a pesar de la desesperada necesidad de personal y material en las líneas del frente, no se desviaron bienes ni suministros de las asignaciones para los campos de exterminio. Al final, la "Solución Final" resultó en la muerte de seis millones de judíos.
Nunca antes, a tal escala en la historia de la humanidad, se había llevado a la práctica el genocidio, la aniquilación de todo un pueblo, como política gubernamental.
La Recordación Internacional del Holocausto es un momento para rememorar a los asesinados en el Holocausto, no solo para honrar a los muertos, sino para recordarnos a nosotros mismos los horrores indescriptibles que los seres humanos somos capaces de perpetrar. “Nunca más”, dijo la humanidad cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Convención de 1948 para la Prevención y el Castigo del Crimen de Genocidio. Sin embargo, en enero, también recordamos a las víctimas de los genocidios que siguieron en Camboya, Ruanda, Bosnia y Darfur.
Como escribió el filósofo español Jorge Santayana: “aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”.
Fue un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.