A continuación, un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.
Es un abuso grotesco: un gobierno que captura a ciudadanos extranjeros y los encarcela, separándolos de sus familias, a menudo sin reparación legal, para ganar poder sobre otro país.
Una amplia coalición de naciones se ha unido formalmente para condenar la práctica.
Lideradas por Canadá, cincuenta y ocho naciones, incluidos Estados Unidos, Australia y Japón y casi todos los miembros de la Unión Europea, han respaldado una declaración que condena la detención arbitraria de ciudadanos extranjeros con fines políticos, patrocinada por el estado.
La declaración afirma los principios de derechos humanos y el imperio de la ley concernientes a la detención arbitraria, como lo señala la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares. La declaración afirma que sus signatarios “se solidarizan con los Estados cuyos nacionales (incluidos los ciudadanos con doble nacionalidad) hayan sido arrestados, detenidos o sentenciados, arbitrariamente, por otros Estados que buscan ejercer influencia sobre ellos y reconocen la necesidad de trabajar en colaboración para abordar esta cuestión de interés mutuo a escala internacional”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, felicitó a Canadá por liderar el camino en este importante tema y por obtener el respaldo de muchos países. En un comunicado, calificó las detenciones arbitrarias en las relaciones Estado a Estado como un “acto atroz contra los derechos humanos de las personas en cuestión” y “una afrenta a las normas diplomáticas internacionales”.
En una ceremonia de anuncio de declaración virtual, organizada por Canadá y a la que asistieron funcionarios de alto nivel de decenas de países, el secretario Blinken calificó la práctica de “completamente inaceptable”.
“Este tipo de detención arbitraria va en contra de los derechos humanos de las personas detenidas. Causa angustia a sus familias. Y es una amenaza para cualquiera que viaje, trabaje o viva en el extranjero. Es hora de enviar un mensaje claro a cada gobierno que arbitrariamente detenga a ciudadanos extranjeros y trate de usarlos como palanca: esto no será tolerado por la comunidad internacional”.
‘El hecho de que tantos países respalden esta declaración es una señal de su fuerza’, dijo el secretario de Estado Blinken. “Ahora mantengamos el ímpetu. Exhorto a más países a que se unan a nosotros para dejar claro que la detención arbitraria no tiene absolutamente ningún lugar en las relaciones entre los estados. Los seres humanos no son peones de ajedrez. Se trata de una cuestión de derechos humanos y estado de derecho. Defenderemos a ambos, juntos”.
Fue un editorial que refleja las opiniones del gobierno de Estados Unidos.